IES José Mor de Fuentes

miércoles, 6 de mayo de 2009

POESÍA PARA LLEVAR


Hola a tod@s. Tras un pequeño parón aquí estamos de nuevo para dejaros las últimas entregas de poesía para llevar (entre esta semana y la próxima acabaremos de actualizar). Un poquito más abajo teneis las fotos del taller del cómic que se celebró en el centro en la semana cultural. Un saludo y que las disfruteis.

LA ENAMORADA
Alejandra Pizarnik (1936-1972)
Esta lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra alejandra no lo niegues.
hoy te miraste en el espejo
y te fue triste estabas sola
la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió
enviarás mensajes sonreirás
tremolarás tus manos así volverá
tu amado tan amado
oyes la demente sirena que lo robó
el barco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
oh nada de angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer enamorada fuiste tú
te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida tanto tanto
desesperada ¿adónde vas?
desesperada ¡nada más!
(La última inociencia, 1956)

ABRE LOS OJOS PARA QUE AMANEZCA
Ángel Guinda (1948-)


Abre los ojos para que amanezca.
Ubre os güellos ta que amanixca.
Obre els ulls perquè trenqui el dia.
Abre los güeyos pa que risque.
Ireki itzazu begiak, eguna argi dezan.
Abre os ollos para que amaneza.
Alfredo Saldaña (1962-)

Calla, palabra, deja que el silencio
proteja con su aliento lo que tú te empeñas en decir.
Que una tierra sin adjetivos sea la morada
que acoja tu final, el escenario donde amaine el viento
que silba entre tus letras de fuego.
Que el agua blanca, helada, quieta y callada
testifique con su frío la irrealidad de este momento.
Que el calor del fuego disuelva los nombres impropios,
altere la indeterminación de los artículos
y trasponga los adverbios de lugar
(Humus, 2008)
Alfredo Saldaña, hijo de Lesmes y Araceli, es profesor de Teoría de la Literatura en la Universidad de Zaragoza. De ahí viene que sus poemas, como el que hoy presentamos, tengan forman especular: se miran a sí mismos y reflexionan acerca de su lenguaje.
Podemos decir que bajo estos versos respira acechante el abismo de la página en blanco, mientras que sobre ellos se extiende el humus de la muerte que ha sido recubierto por otra primavera, tal y como revela una cita de José Ángel Valente, otro gran poeta, recogida en el post scriptum.
PALABRAS A UNA HIJA QUE NO TENGO
Andrés Neuman (1977-)

Entornaré tus ojos si prometes soñarme.
Compréndeme, no es fácil velar por alguien siempre:
a veces necesito saber que tienes miedo.
Cuando sepas hablar, dame mi nombre;
diciéndome papá ya habrás hecho bastante.
En invierno no abrigues demasiado
tu cuerpo de princesa, más útil y más noble
es irse acostumbrando a resistir.
Acepta golosinas de los desconocidos
-no está el mundo como para negarse-,
pero apréndete esto en cuanto puedas:
más frecuente es lo amargo, o que te ignoren,
y no los caramelos.
Te enseñaré a leer fuera del aula,
y llegada la hora quiero que escribas mar
sobre los azulejos del pasillo.
Cuando por vez primera cruces la calle sola
sabrás que el riesgo y la velocidad
perseguirán tus días para siempre.
No creas que, en el fondo, no soy un optimista;
si no lo fuera, entonces no estarías allí
cuidando que te cuide como debo.
Como ves, desconfío de quienes no veneran el asombro
de estar aquí, ahora.
Existe la alegría, pero duele;
tendrás que conseguirla.
Y cuando la consigas tendrás miedo.

(Década, 1997-2007)

Andrés Neuman nació en 1977 en Buenos Aires, ciudad donde pasó su infancia. Actualmente vive en Granada. Es autor de novelas como Bariloche, 1999, finalista del premio Herralde, La vida en las ventanas, 2002, y Una vez Argentina, 2003, finalista del premio Herralde, además de libros de cuentos y poesías.
http://www.andresneuman.com/

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