IES José Mor de Fuentes

viernes, 21 de mayo de 2010

EN PIE


La miseria enluta los campos y alumbra en los mares hambre.
Tierra grande el mundo, global aldea  líquida, temporal y cambiante.
¿Qué hay, compañero impávido, que centellee en tu alma?
El destello de los capitales lo invade todo como una muerte honda y temprana.
Y maldigo el dinero, desierto extremo del alma,
con el estruendo de quien se sabe pobre y sepultado en la mercadería,
subsistiendo, apenas, en la perversidad de esta desolación  esclava.
No te fatigaré con más pensamientos de los adeudados por la conciencia,
que es lo que nos queda en herencia, a ti o a mí,
como descarnada rebaja consentida en estos tiempos.
Que los vientos os sean propicios emergiendo nuevos caminos,
que escuchéis los acentos en la dulzura de los que amaron,
que el llanto vertido os cubra en la gloria, que gobiernen los sabios,
ceñido el desmayo robusto de quien en pie continúa.

Lope

Atlas (Rockefeller center – Nueva York – USA)

PRISIONEROS


Un fragmento prisionero en un hombre destrozado y esparcido.
Eso es terrible, una fatiga mortal, un lecho chirriante.
Me despierta a golpes la puerta de ese cerro reducido a polvo
y prisionero, es idéntico a mí, un jadeo riendo, y prisionero.
Sin duda este fango infernal  eructa demonios y enfermedad.
La cabeza aprendiendo vanidad y enredándose con gente astuta.
Hastían los poetas que mienten y las gentes de opiniones.
Queremos enamorarnos y olvidar, escapar del mundo volando
y sudar hasta molernos los huesos para no pensar más mundo.
Somos chusma sin espíritu, carne, tiritamos de frío sobre el mar
y la lengua cobarde y la voluntad en inmundicia despreciada.
Pero también sabemos amar las cosas y a la asquerosa calumnia
y a la serpiente abultada y a los embusteros y a la embadurnada rata.
Somos chusma indigna, tragamos todas las cosas repugnantes.
Pero aun conservamos nuestra propia ley, el hambre.
Queremos sabios, a los señores del desierto, nuestros iguales,
sobreponernos en su batalla y combatir en secreto, a plena luz,
brotando de nuestros padres, en un látigo, si es necesario.
Lope
(Rueda de prisioneros de Vicent Van Gogh)